El desarrollo de la resistencia antimicrobiana de bacterias patógenas, relacionada con los tratamientos con antibióticos, se ha vuelto una importante preocupación de salud pública y el principal impulsor detrás de la restricción y sustitución gradual del uso de estos compuestos. En esta época posterior a los antibióticos, es de suma importancia valorar la nutrición al igual que su impacto, no solo en el desempeño animal, sino también en la microbiota y la salud intestinal. El uso de pre y probióticos combinado con los eubióticos, práctica conocida como nutrición funcional, promueve el crecimiento de una microbiota más saludable, en lugar de eliminarla en la búsqueda de una mejor salud y bienestar animal.
Con nuestro propio equipo dedicado de investigadores y universidades de todo el mundo, invertimos en investigación emergente relacionada con la secuenciación del ARN ribosomal 16s. Esto nos permite medir simultáneamente miles de moléculas bioquímicas derivadas del huésped, así como bacterias, para identificar qué vías moleculares están reguladas por la microbiota intestinal. También nos muestra cómo el uso de antibióticos, la nutrición y las enfermedades intestinales afectan estas vías.
Esto nos ayuda a identificar cómo interfieren los antibióticos con cada filo o género de bacterias, al mejorar nuestra comprensión de cómo modular la microbiota y positivamente influir en la salud intestinal del animal en el proceso. En última instancia, nos ayuda a identificar el filo o género de las bacterias relacionadas directamente con los parámetros clave del desempeño, tales como ganancia diaria promedio, tasa de crecimiento y conversión alimenticia.
Las moléculas como los manano-oligosacáridos (MOS) y los betaglucanos ayudan a estimular el sistema inmunitario de la cerda e incrementan la secreción de inmunoglobulinas en el calostro y la leche, que por lo tanto se transmiten al suero del lechón. Esto resulta en lechones más saludables y tiene consecuencias directas en el desempeño, como lo demuestran la presencia de lechones más pesados, menores mortalidades y mejores pesos al destete, todo sin el uso de antibióticos.
Las cerdas suplementadas con Actisaf® Sc 47 durante la gestación y lactancia liberan cierta cantidad de levaduras vivas en las heces, por lo que es probable que los lechones las adquieran por contacto directo. Numerosos estudios han confirmado que las levaduras prebióticas ingeridas por lechones en las heces de las cerdas actúan directamente en el intestino, lo que mejora el desempeño al mejorar su salud intestinal. Esto se logra, ya sea por un efecto inmunomodulador o por orientar la microbiota intestinal hacia las bacterias benéficas.