El ganado de carne son animales fuertes, resistentes, capaces de convertir plantas y subproductos vegetales, de otra manera inutilizables, en carne de gran calidad. Sin embargo, en la realidad, para lograr un rápido crecimiento y carne de gran calidad mediante una mejor conversión alimenticia (CA), se les alimenta con dietas altas en granos con alto contenido de energía. La alimentación del ganado de carne con dietas altas en concentrado reduce la cantidad de alimento balanceado necesaria por kilo de peso corporal aumentado.

Sin importar el sistema de alimentación que se use en el corral de engorde, el factor más decisivo es la eficiencia alimenticia en todos los sistemas de engorde y finalización. La buena eficiencia alimenticia se logra con una buena adaptación de dietas altas en fibra a raciones altas en energía y una excelente salud ruminal.

1. Para el adecuado manejo y nutrición, los ganaderos deben conocer su raza y sus especificaciones.
2. Recibir en los corrales de engorde a animales bien destetados con un peso corporal adecuado. Los terneros livianos tienen mayor predisposición a enfermedades y a una transición más difícil a las dietas de finalización.
3. Manejo de una buena transición a la dieta de engorde para garantizar la adecuada adaptación del rumen. Para adaptarse de dietas altas en fibra a dietas altas en granos, el rumen necesita en promedio de 2 a 4 semanas. Durante este período, es necesario garantizar una transición gradual de la dieta, con la introducción de concentrados a tasas de incremento lento.
4. Prevención de la acidosis ruminal durante todo el período de finalización. Los animales con acidosis ruminal presentan conversiones alimenticias significativamente más bajas y a menudo evitan comer.