Después de millones de años de logros evolutivos en vida libre, la producción masiva de insectos ha resultado en desafíos de salud para las colonias domesticadas y en la necesidad de que los productores de insectos implementen prácticas que mejoren la productividad de este nuevo tipo de «producción animal».
Durante cientos de años, la apicultura y la sericicultura han sido ejemplos de esta práctica. Más recientemente, la producción de la mosca del Mediterráneo surge como un ejemplo moderno con propósitos de control biológico. Los insectos producidos como nueva fuente de proteína son un ejemplo más.
Conforme estas industrias aumentan, se espera que surjan nuevos problemas de salud y de producción, que harán más desafiante la sustentabilidad del negocio. Nuestros bien conocidos probióticos y productos de levaduras primarias, respaldados por años de investigación, nos conducen a nuestro objetivo de brindar soluciones que maximicen la productividad de los insectos y por ende, contribuyan a la seguridad alimentaria y la sustentabilidad de los recursos naturales.
Las mejoras del desempeño, tanto en adultos como en larvas, son un objetivo que se puede lograr mediante la nutrición sustentable y de alta calidad que maximice la productividad con mayores tasas de deposición u ovipostura, eclosión y crecimiento.
El desempeño del crecimiento de la mosca soldado negra y del gusano amarillo de la harina se ve reforzado al añadir 0.2 % de Actisaf® al medio de alimentación.
La salud puede ser un grave problema para las especies de insectos de vida libre con un largo historial de domesticación, así como en insectos recién domesticados criados bajo confinamiento en unidades de producción a gran escala. En ambos casos, el estrés que ocasionan las condiciones medioambientales y los cambios en los regímenes de alimentación, podría frenar las defensas naturales de la especie contra los microorganismos o modificar la probiota intestinal, ocasionando mortalidades y morbilidades que resultan en importantes pérdidas.