El manejo de una buena nutrición y salud mediante el uso de probióticos en el ganado de engorde está diseñado para mejorar su desempeño, conseguir la máxima ganancia de peso y conversión alimenticia al optimizar la salud del rumen y el estado inmune. Nuestras soluciones y programas permiten que el ganado logre pesos óptimos, buena conformación y calidad de la carne, que les permita a los ganaderos mantener altos estándares de inocuidad y al mismo tiempo maximizar la recuperación de la inversión.
Al llegar al corral de engorde, los terneros hacen la transición de una dieta alta en fibra a un régimen alto en energía. Esto tarda cerca de 30 días y se le conoce como periodo de recepción. El proceso, que necesita que la microbiota del rumen se adapte a la nueva dieta, involucra cambios importantes en la población bacteriana y en la conducta de consumo del animal. El cambio a una dieta alta en granos incrementa la producción de ácido en el rumen, lo que aumenta el riesgo de acidosis ruminal. Los animales con acidosis subclínica tienen una menor conversión alimenticia y una ganancia de peso deficiente, lo cual resulta en una reducción significativa de la rentabilidad.
Es necesaria una buena estrategia nutricional para lograr una transición sin problemas y evitar trastornos del rumen.
El periodo de recepción, que en promedio comprende los primeros 30 días de llegada al corral de engorde, es poco tiempo para que el ganado se aclimate al sitio y a la dieta alta en energía.
Esto pone al animal bajo mucho estrés y lo expone a problemas de salud. Los terneros son transportados, agrupados, desparasitados, vacunados y se les cambia la dieta de una con alta en fibra a un alimento alto en energía. Los terneros en recepción están sujetos al mayor riesgo de complejo respiratorio bovino (CRB), un grave problema de salud de los corrales de engorde que potencialmente reduce en promedio 190 g/día la ganancia de peso en todo el período de finalización. Una buena transición es clave para una buena productividad y salud general durante todo el período de finalización, lo que ayuda a reducir el uso de antibióticos, uno de los principales problemas de salud en todo el mundo.
Alimentar con una dieta alta en energía a base de granos maximiza la ganancia diaria de peso y reduce la cantidad de alimento necesario por unidad de ganancia. También ayuda a lograr una calidad de carne de primera con buen marmoleo.
Un requisito previo para una finalización adecuada es un hato saludable que convierta el alimento en masa corporal bajo condiciones de crecimiento óptimas. Muchos factores, como el desequilibrio ruminal, CRB y otros problemas de salud y nutricionales pueden ocasionar tasas de conversión alimenticia y de ganancia de peso deficientes. Una óptima estrategia nutricional y de manejo durante todo el período de finalización se debe enfocar en la buena salud ruminal y en la prevención de enfermedades infecciosas, la cual se logra al garantizar que el ganado cuente con una dieta equilibrada adecuada, buen estado inmunitario y mínimo estrés.